Como luce la piel sana

 Una piel sana es estéticamente agradable a la vista y al tacto. Es suave y a la vez firme; tiene un tono uniforme, luce humectada, tonificada y definida; se encuentra libre de grasas y de imperfecciones.



Pero no solo eso, también proporciona un sinnúmero de beneficios. Nos protege, pues constituye una barrera natural contra agentes patógenos. Ayuda a mantener la temperatura corporal y nos permite percibir los estímulos táctiles para relacionarnos con el mundo.

Por ende, debemos hacer todo lo posible por mantener la piel sana con una alimentación adecuada, usando productos para cuidarla y humectarla, evitando el contacto con los agentes y sustancias que pueden dañarla, como el sol, el tabaco, los detergentes y los cosméticos fuertes.


Funciones de la piel

La piel está compuesta por 3 capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. A su vez, es uno de los órganos más importantes del cuerpo y el más grande. En un adulto de estatura media puede llegar a medir más de 2 metros cuadrados y pesar hasta 5 kilogramos.

La piel lleva a cabo diversas funciones:


Es la intermediaria en la relación con el mundo que nos rodea.

Es la primera línea de defensa, constituyéndose en una barrera que nos brinda protección ante agentes físicos, químicos o biológicos.

También nos ayuda a regular la temperatura, manteniéndonos frescos o abrigados.

Ayuda a conservar la humedad interior, a la vez que aísla del exterior.

Es un medio para la eliminación de residuos del cuerpo, a través de la sudoración.

Contribuye con la producción de vitamina D.

Es el órgano del sentido del tacto, gracias a lo que percibimos formas, presión, temperatura y hasta dolor.

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